Los aportes filosóficos en la época de Anaximandro,
fueron expresados por varios personajes históricos que se dedicaron a pensar,
reflexionar y meditar. Abordando el principal tema presócratico acerca de locosmológico, en el
cual, se argumentaba el porqué de las cosas. Es decir, cada uno partía de su
propia experiencia o lógica para dar hipótesis de lo que estaba presente en su
realidad. Llámese universo, o cualquier fenómeno natural. También esta forma de
pensar es importante porque sus conclusiones sobre el origen de las cosas ya no
son argumentos de fondo religioso, más bien se tiene preferencia racional. Por ello, se puede decir que se ve una ligera separación entre la
razón y el enfoque religioso. Lo ya mencionado no quiere dar a entender que
están peleadas dichas formas de pensar, sino que se ayudan para fomentar un
nuevo pensamiento entre sí sobre la realidad de su época específica. No
obstante, se da el comienzo de una nueva era en la que la razón va adquiriendo
cierta importancia. Es así que Anaximandro propone su teoría hablando sobre el
principio de todo, que es el ápeiron (lo indefinido). Además se tiene la dicha de contar con
algunos fragmentos subsistentes de tal filósofo, los cuales, ayudan a conocer
su pensamiento.
Entretanto, para conocer a Anaximandro es
imprescindible saber quién fue, dónde vivió o saber qué otros aportes dio para
entender su postura sobre el ápeiron. Se dice que era discípulo de Tales de
Mileto y que también nació en Mileto alrededor del s.VI a.C. y es autor de la obra
titulada Sobre la Naturaleza. Empero,
para profundizar un poco más sobre Anaximandro, hay que tener en cuenta la
aportación que hace Diógenes Laercio acerca de tal filósofo:
“Anaximandro, hijo de Praxiades de Mileto, afirmaba
que el principio y el elemento es lo indefinido, sin distinguir el aire, el
agua o cualquier otra cosa... fue también el primero en inventar un gnomon y lo
colocó sobre los relojes de Sol en Lacedemonia, según dice Favorino en su
Historia varia, para marcar los solsticios y equinoccios, y construyó un
indicador de horas. Fue el primero en trazar el perímetro de la tierra y del
mar y construyó también una esfera (celeste). Hizo una exposición compendiada
de sus opiniones, que encontró, tal vez por casualidad, también el ateniense
Apolodoro. Éste afirma en sus Crónicas que Anaximandro tenía sesenta y cuatro
años de edad en el año segundo de la Olimpíada cincuenta y ocho (547/6 a. C.) y
que murió poco después (su acmé coincidió aproximadamente con la época de
Polícrates, tirano de Samos)”.[1]
Sin embargo, es importante aclarar que la cultura
griega fue influenciada por los babilonios, que les transmitieron el
conocimiento de las esferas celestes, de las doce partes del día y del gnomon,
que es: “una escuadra vertical cuya sombra señala la altura y dirección del
sol”.[2]Por ello, se puede suponer que Anaximandro introdujo
a Grecia tales conocimientos babilónicos.
Mientras tanto, la teoría sobre el ápeiron
entendido como el primer principio, da a entender que es lo infinito,
ilimitado, indefinido, lo que abarca y gobierna todo. Lo cual significa que no
es agua ni otro elemento, sino es una naturaleza infinita. Representada por un
círculo, donde demuestra que en la figura no se halla un fin. Otro rasgo del
ápeiron es que no se puede ver y no es indestructible. Por consiguiente,
Aristóteles da su punto de vista diciendo que:
“...lo infinito no tiene principio..., sino que
parece ser ello el principio de los demás seres y que todo lo abarca y todo lo
gobierna, como afirman cuantos no postulan otras causas fuera de lo infinito,
tales como el espíritu o la amistad; el infinito, además, es un ser divino,
pues es in mortal e Indestructible, como afirman Anaximandro y la mayoría de
los físicos teóricos”.[3].
Entonces el ápeiron es para Anaximandro un
principio material con una extensión infinita, que da origen a todas las cosas;
esto quiere decir que el principio (ápeiron) era algo indeterminado, diferente
a lo ya existente; que gobierna al cosmos, el cual originó a la tierra
partiendo del fuego. Y de la separación entre lo caliente y frío. Al hablar de
los opuestos suponen relevancia porque hicieron una labor importante en la
evolución del mundo.
Por esta razón el ápeiron especifica el deseo de
comprender la realidad racionalmente, pues empieza a explicar los fenómenos que
se le presenta. O dicho con otras palabras, interpretan lógicamente los sucesos
que están viviendo. Por tanto, esto conlleva a que la razón explique más allá
de lo religioso expresado en el mito.
Cabe mencionar que algunos fragmentos subsistentes
de Anaximandro hablan sobre los opuestos, donde menciona que eran un estadio
esencial de la cosmogonía. En efecto, se dice que él es el primero que habla
sobre el concepto de sustancias naturales opuestas. Por ejemplo: la sustancia
caliente y fría, fuego y bruma, etc., todo ello tuvo como origen en la
observación de los cambios de la estaciones del año. Pues el calor y la
sequedad del verano parecen estar en contra del frío y de la lluvia del
invierno.
Es impresionante cómo la razón va adquiriendo
importancia en la vida del hombre porque le trae nuevos cambios a su vida, en
la cual puede profundizar lo que es verdadero para entender su propia
existencia. Además la razón podrá intervenir en cualquier situación, cosa o
fenómeno, puesto que ella iluminará y analizará la esencia de las cosas.
Netamente con la razón, el hombre se abre a un nuevo pensamiento estrictamente racional para ver desde
otra perspectiva la vida, debido sostiene su vida por lo válido y
coherente. Lo dicho anteriormente no quiere decir que el hombre no ha
pensado, sino que ve las cosas con más profundidad.
Para concluir digo que el ápeiron es una forma de
abrir el pensamiento, e iluminar las creencias míticas dándole un sustento
tangible y más lógico. Basándose en la razón, en la ciencia y en la propia
experiencia. Entretanto, no es que Anaximandro haya descartado lo mítico para
imponer su postura de lo infinito. En cambio, considero que fundamentó el mito
para entender de otra forma la propia existencia.
Bibliografía:
Kirk C.S; J.E. Raven, and M. Schoefield, Los Filósofos Presócráticos.Capítulo: III
"Anaximandro", Segunda Edición,Editorial Gredos, Traducción de Jesús García
Fernández. Vol. 1.3 vols.1983.Pp. 141-166.
En mi opinión, creo que no sólo es importante sino fundamental el hecho de cuestionarnos sobre como percibimos la realidad:debido a que en la medida en que profundizamos y conocemos sobre ella, será la capacidad y la facultad de tener un conocimiento abierto y crítico para cimentar nuestro pensamiento. Esto aunado al pensamiento en el hombre puede traer nuevos cambios en su vida a causa de una interpretación de la realidad más asertiva.
ResponderEliminarPor otro lado los griegos decían que lo infinito sólo se concebía en el pensamiento del hombre, para Anaximandro el ápeiron ya es una interrogante que nos lleva a buscar fuera del mito, buscar la definición de lo infinito, ilimitado, indefinido, por tanto, buscar en el pensamiento del hombre una profundización más en su conociento para entender la realidad, ampliando la capacidad de percibir la realidad. Muy buena aportación para el blog.
Es interesante descubrir cómo se da ese salto de lo mítico-religioso a lo lógico-racional. El ápeiron de Anaximandro, como origen o principio de todo lo que existe viene a ser un desafío directo a la mentalidad de la época. Aunque en la actualidad pudiera sonar algo descabellado e incluso mítico o fantasioso, en su momento histórico Anaximandro ofreció al mundo una tesis lógica y racional de cómo se crearon todas las cosas. Podemos llamar a este el inicio de la filosofía, no obstante, me parece que la filosofía no surge aquí, sino desde que el hombre se pregunta el "por qué" de las cosas y, aún con explicaciones mítico-religiosas busca dar respuesta a estos misterios.
ResponderEliminarMás bien, con Tales, Anaximandro y Anaximenes y demás filósofos que siguen más o menos la misma linea de pensamiento, lo que ocurre es un "salto cualitativo" en el pensar filosófico. Es decir, la reflexión va haciéndose de mayor calidad, y ahora, las incógnitas no son respondidas con otras preguntas, sino que se buscan respuestas a partir de lo evidente, de lo tangible, de la realidad que nos circunda. E incluso se dan el lujo de darle características a aquello que antes era un "misterio".
El trabajo que realizó Alejandro Benítez, así como el comentario que nos ofrece el Sr. Carlos Morgado me parecen adecuados y atinados, pues, tanto con Anaximandro, como con los demás filósofos presocráticos, lo que se da es un crecimiento asombroso de la filosofía, que si bien ya existía desde el inicio de la humanidad, se había desarrollado lentamente. Lo que sucede ahora es que los presocráticos sentaron las bases de todo el pensamiento filosófico.
Los filósofos en la antigüedad fueron realmente personas muy preparadas y comprometidas con la razón o el pensamiento, ya que se preocuparon por dar respuestas al universo no tanto desde lo mítico, sino desde la inteligencia, desde la formulación de una teoría, y esto me parece importante, pues aunque no ignoran totalmente lo religioso, se interesan en profundizar lo que van viviendo cotidianamente, en poder entender los fenómenos en los cuales están inmersos, y no existir de forma aleatorio. Esta actitud reflejada concretamente en Anaximandro, debe de ser recurrente en todos los humanos, y no dejarla para algunos.
ResponderEliminar